sábado, 22 de junio de 2013

Y eso pasó...


Hace mucho, mucho tiempo que no escribía algo en este Blog. La verdad, el fin de esta página fue hacer un desahogo de mi cabeza cuando así fuese necesario, y en principio ayudó bastante. Luego de eso, mi vida se tornó normal, bueno, un par de conflictos por aquí y por allá, pero nada de tanta importancia.
Si alguien se paseó por acá antes, notaría que estaba enamorada, amaba a alguien como a nada mas en el mundo, y creí que él me amaba a mi... el mismo personaje a quien por acá dediqué poemas, canciones y párrafo tras párrafo de confesiones cuando terminamos por primera vez.
En fin, hoy, después de tanto, otra vez se acabó, solo que ahora, es para siempre.
Suena cursi, lo se, y pareciera que todo esto lo saqué de una novela mexicana donde las protagonistas dicen frases de ese tipo cada cinco minutos. Per es así, el amor mas lindo y fuerte que teníamos, se esfumó en menos de una hora con un par de gritos e improperios, y un reclamo de "me quitaste mi juventud" de su parte.
Es curioso ¿no? como todos estos años juntos hoy en día parece como si hubiesen sido tan solo unos minutos de mi existencia... minutos en que entregué todo de mi, y que pareciera hoy no tener valor. Lo peor es que fueron minutos que hoy duelen, aunque ya no llore cada cinco minutos como durante la primera semana, o ya esté comiendo tras mi no voluntaria huelga de hambre, pero aun así la angustia parece crecer a diario ¿como alguien, un ser humano, nada mas que un hombre puede hacer esto en tu vida, como logra cobrar tal importancia al punto de que todo el mundo se torne en cámara lenta con su ausencia? Lo peor de todo, es que es una ausencia de sentimiento... porque él sigue acá, lo sigo viendo, sigo escuchando su voz, sigo besándolo... si, es raro y hasta masoquista, y aunque pensé que me negaría el salud tras su masiva eliminación de todo mi círculo -incluida yo -de facebook, sigue presente... aunque la diferencia entre él y yo es que él hoy por hoy es feliz. Yo no. Y es porque ese tipo de ausencia, aquella barrera que hoy me impide correr a abrazarlo como siempre lo hice, aquella que me prohíbe decirle que lo amo mas que a todo como lo dije tantas veces sin cansarme... aquella que hace que sus ojos hoy me miren como si fuese una mierda de persona, es esa la que mas duele, y que cuando se hace evidente, llena una vez mas mis ojos de lágrimas.
Pero él no lo sabe, y no creo que jamás lo sepa ni quiera hacerlo porque no le importa.
No se que pasa hoy en mi mundo, ni que tan malo hice para merecer tal crueldad de su parte. Siempre lo he dicho, y cuando por fin me dejó hablar pude decirlo a él también  acepto mi culpa. Siempre fui una niña mal portada, mi genio es de los mil demonios, lo dejé mil veces hablando solo gracias a las rabietas estúpidas que me daban, y mi orgullo me mal aconsejaba diciéndome que él tenía la culpa. Quizás nunca dejé de juzgarlo por lo que pasó aquella vez, aunque hoy por hoy creo que los vagos miedos que a veces sentía no estaban tan infundados, pues al parecer otra vez la volvió a buscar. Y puede que eso sea uno de mis mas grandes miedos ahora, ser ese paréntesis sin importancia si es que ella regresa...
quizás también, jamás sané por completo mis propios conflictos, aquellos que me hacían temer horriblemente a ese compromiso del cual tanto se llenó la boca hablando y que, aunque con temor, creí y los hice mis sueños...
casarnos, tener una casa, un perro, un gato, hijos... amarnos...
Si acepto mis errores, acepto que pude ser mejor... pero no acepto, y jamás lo haré, que me culpe de estupideces como que es mi culpa su falta de "vida universitaria", y todo lo que eso conlleva, porque fue él mismo, quien me convenció de que todo eso pasaba, que nuestro proyecto era aun mas grande...
y todo resultó ser un conjunto de palabras vacías que no tuvieron valor para nadie mas que para mi.
Hoy no se que hacer, no se como actuar, y no puedo sanar aun. Esto me desespera, me ahoga en cada minuto que pasa de mi día, aunque esté riendo, aunque esté con amigos... incluso si estoy con él. Esto me está matando, y a pesar de que tengo miedo, estoy casi resignada.
No fui la mejor, pero él tampoco, sin embargo era perfecto.... y lo amo, lo sigo amando mas que ayer incluso, sigue siendo la única persona que si me dice que vaya a la china mañana solo por él, yo lo haría.
Peor no entiendo, como el destino, Dios (si es que estás en algún lugar) fue tan cruel para ponerlo en mi camino, hacer que lo amara tanto y que todo terminara como terminó, y mas encima, torturándome como lo hace día a día. No entiendo porque debo pasar por esto una vez mas, incluso de peor manera que como fue aquella vez, porque si el tiempo que uno cuida una rosa es importante, y la hace aun mas preciada, cuando se destruye mas aun lloras por ella, pues era mas grande el amor y los cuidados que le brindaste.
De pronto recordé que tenía este blog para desahogarme... de pronto comenzó doler agónicamente otra vez... y así espero que se calme hasta que la pena ataque otra vez.

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