Un beso.
La palabra es dulce.
Y vuestros labios no se atreven a pronunciarla.
Si sólo el decirlo os quema ¿qué haría la acción?
No tengáis temor. Y poco a poco, sin notarlo,
resbalaréis sin miedo ni preocupación
de la sonrisa al suspiro, del suspiro al llanto...
Resbalad un poco más, dejad vuestro reparo,
de las lágrimas al beso hay tan sólo un paso.
¿Un beso? ¿Qué es al fin y al cabo un beso?
Un juramento que se hace tan cerca,
un acuerdo que busca una ratificación,
una exacta promesa,
una "o" rosa en la palabra amor,
un secreto dicho en la boca, no en el oído.
Un momento infinito que suena a zumbido
de abeja que pasa, una comunión
con sabor a flor, aliento que inhala
el corazón para gozar a flor de labio
todo el alma.
La palabra es dulce.
Y vuestros labios no se atreven a pronunciarla.
Si sólo el decirlo os quema ¿qué haría la acción?
No tengáis temor. Y poco a poco, sin notarlo,
resbalaréis sin miedo ni preocupación
de la sonrisa al suspiro, del suspiro al llanto...
Resbalad un poco más, dejad vuestro reparo,
de las lágrimas al beso hay tan sólo un paso.
¿Un beso? ¿Qué es al fin y al cabo un beso?
Un juramento que se hace tan cerca,
un acuerdo que busca una ratificación,
una exacta promesa,
una "o" rosa en la palabra amor,
un secreto dicho en la boca, no en el oído.
Un momento infinito que suena a zumbido
de abeja que pasa, una comunión
con sabor a flor, aliento que inhala
el corazón para gozar a flor de labio
todo el alma.
Edmond Rostand
Cyrano de Bergerac
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