Simplemente desvié el camino y comencé a ir sin rumbo fijo… necesitaba ordenar mis ideas, las tenia todas acumuladas en mi mente, unas sobre otras, era una sensación desesperante.
Y respiré profundo, guarde el celular, y caminé, abriendo así la puerta de aquella habitación y echando un vistazo alrededor, di inicio a mi tarea.
Comencé viendo lo primordial, universidad… descubrí que en un rincón descuidado estaban apiñados un montón de libros, fotocopias y apuntes, que, para mi sorpresa, estaban bajo una serie de apuntes donde la palabra “arancel” se repetía con frecuencia y peligrosamente cada vez en letras mas grandes. Si, esto del paro tenía al pobre Carlos V haciéndose cargo solo de la imagen del niñito del comercial de omo, a pesar de saber que su rol en mi mente es otro. Decidí sacar de encima todo aquello que reflejara paro o arancel, y lo puse al lado derecho de los libros de historia moderna, colonial y psicología; y a la izquierda puse a los de geografía, esos que amenazantes tienen un cartel que dice “¡¡nos vemos en un par de meses!!”.
Caminé otro poco por aquella habitación, llegue a la sección familia… y créanme, si el rincón universitario estaba desordenado, este era tal, que ni siquiera quise tocarlo ¡ni se veía entre el polvo!... hace mucho que no considero esa sección en el aseo general de mi mente, porque la limpieza es gradual, y demora por todo lo sucio que está… así que solo toque una fotografía, una extrañamente clara en comparación con las demás, le saque el poquito polvo que tenía y quedó reluciente. El resto quedó ahí, tirado, ni había tiempo para limpiar todo ese desastre.
Miré la pared, y me di cuenta de que los retratos de mis amigas tienen hasta telas de araña. Saque los mas que pude, y sorprendida vi que el tiempo se encargó de consumir varios de las imágenes de otras amigas que antes tenía, quedando pocas, muy pocas… es al lado de ese retrato un letrero pequeño que dice “¡mira tu celular o facebook!”, pero al parecer era muy pequeño, así que decidí agrandarlo. Pero me encontré una sorpresa… había un retrato viejo, muy viejo, que hace un tiempo lo saqué por mera curiosidad… pensé que lo había guardado, pero no, ahí estaba, y en el, la imagen de una niña que no veo hace casi dos años… su cara sigue igual, tenía una sonrisa muy linda… la saque de aquella pared y la llevé a una sección llamada “pendientes…” y descubrí que justo el techo en esta parte tenía una gotera. Dejé en su lugar aquel retrato a un ladito y lo anote en una agenda que tengo ahí. La revise y me encontré con que no tengo muchos pendientes, de hecho, con el que recién deposité ahí solo son dos. La gotera había caído justo encima del otro pendiente, y fue tanta agua que hizo que la tinta de lo que ahí tenía escrito se esparciera hacia la sección de “sentimientos”. Examine aquel pendiente y vi que nunca hice un esfuerzo para que dejase de serlo. Volví mi atención a lo que había causado la gotera, intente deshumedecer, pero fue imposible, tanta fue el agua que cayó, y tantas cosas tenía en la azotea que la luz el sol no pudo entrar para secar. Vi otra vez aquel pendiente, la tinta corrida, pero aun el nombre de aquella persona sigue ahí, mezclado ya con la sección “sentimientos”, que a su vez se mezclaron con los “miedos” … y fue fuerte ver el nombre de esa persona presente mas secciones de las que yo podía soportar, fue algo impactante por decirlo menos ¡Puta gotera!… quise imponer el orden, intenté de borrar aquel horrible nombre de los “sentimientos” y de los “miedos”, pero parece que se quedaba pegado, para colmo siempre estaba cerca de uno de mis tesoros más preciados, haciendo que se opacara. Y estaba tratando de quitar esas manchas que me obligaban a tener presente mas de la cuenta aquel hostigante nombre, cuando suena la alarma que anunciaba la necesidad de desechar información confidencial, que ya no es necesaria su reserva y que eran, precisamente, las que estaban tapando las ventanas. Decidí correr a sacarlas, algunas las pude desechar por mi misma, pero para la mayoría necesito de alguien que ayude a limpiar... con las que saqué, solo logre que entrase un rayito de luz, pero no es suficiente para que la humedad desaparezca.
Y me senté a mirar el desastre, ese desparramo de asuntos que parecía imposible organizar… Fue ahí cuando vi que, escondidos entre tanta cosa, habían dos cajitas. De inmediato recordé de qué se trataba cada una y reí por lo tonta que fui al obviarlas. La primera que tomé decía “motivaciones”. Tenía un espacio en blanco, recordé aquella fotografía extrañamente limpia en el desastre que había en el rincón familiar, así que corrí a buscarla y la puse ahí. Otras dos cosas estaban en esta caja: la primera, una nota de hace como dos años, una que guarde celosamente, y que solo saco a veces para releerla … me dijeron que no se iba a apolillar como los miles de recuerdos de ese tiempo, y tenía razón, porque sigue intacta. Y la segunda, otra nota, decía “mira en la caja siguiente”, así que tome la otra cajita que aun no tenía título, y al abrirla me alegre que estuviera una parte grande de aquel tesoro que se estaba manchando con ese nombre que escapó de los pendientes. Este pedazo estaba limpio, y a su lado había un libro con muchas páginas en blanco y al ver la dedicatoria, recordé… decía una locura, pero que cada día las letras estaban mas claras... extraño, la gotera también la mojó, pero, no logró correr la tinta… eran mis sueños. Cerré la caja, y me fui corriendo a la ventana, traté de comprimir al máximo las confidencialidades (que aun tengo que sacar), lo suficiente para que pudiese haber mas luz, y cuando por fin se pudo, coloqué ambas cajas en una vitrina cerca de la ventana… ahí deje aquello que cada día me mueve, lo que hace que a pesar de todo día a día me levante…
Ahora bien, a pesar del aseo que hice, aun falta reparar por completo la gotera, creo que para eso necesitaré ayuda. También hay que secar aquella humedad que mezcla cosas que no deberían mezclarse y para ello es necesario quitar estorbos de la ventana lo antes posible… y creo que para ello necesitaré de un poco de ayuda…
… y la recibí desde hace unos días… y a pesar de que la habitación está bastante mas iluminada, fresca, ordenada, aun hay sitios en que no he podido sacar el polvo por completo…
… solo pido que para aquel que visita mi azotea con frecuencia, tenga paciencia…