jueves, 7 de mayo de 2009



Me siento como si otra vez fuese aquella niña que al ver su amor platónico le ardía la cara, le tiritaban las piernas y se le hacía un nudo gigante en la guata. Siempre que experimentaba esa sensación me sentía torpe, lo raro era que me agradaba, buscaba a través de los pasillos del colegio a aquel personaje que tantas cosas causaba en mí, y que en algún momento, no entendí.


Hoy ya no estoy en el colegio, pero si me he acordado mucho estos días de ese señor que despertaba en tantas sensaciones para ese entonces nuevas para mí. Recuerdo que me avergonzaba que el resto del mundo supiera lo que yo sentía por él, pero a su vez medio colegio lo sabía. Me compre incluso un diario de vida, el primero de una larguísima serie que hasta el día de hoy conservo, con el objetivo de escribir allí las miles de cosas que con este señor me ocurrían, pues supuestamente nadie podía averiguarlas, era mi “secreto mejor guardado”… claro que a los 12 años, una niña entiende por secreto el contarle a todas sus mejores amigas, las que pueden ser pocas, pero que ellas a su vez tenían otras mejores amigas, y otras y otras…

Pasaron, increíblemente, años, antes de poder superar esta atracción infantil – en un comienzo – hacia aquel hombre… claro, luego se fue transformando en algo más que simples cosquilleos, ya no quedaba contenta con que solo me mirase y me sonriera, yo quería mas, y no me importaba las consecuencias que esto podía atraer (y claro está que si hubiese logrado mi objetivo, estas no habrían sido tan favorables, aunque no se pude asegurar nada, pues como me dijeron por ahí, en el juego de las probabilidades todo puede ocurrir), solo quería una probadita de ese dulce que tanto deseaba.


Pero, finalmente, jamás ocurrió algo mas allá de un simple coqueteo.

Hace un par de día lo vi de lejos… hace mucho ya que no hablo con él, y si hay algo que rescato, es que siempre nos llevamos de maravilla, conversábamos largo rato sin importar la hora, nos reíamos mucho, eran ratos agradables… y cuando lo vi, extrañé eso, y si, antes lo había echo, pero al parecer a soltería te hace pensar y sentir cosas que uno creyó olvidadas…(aunque si fuese por eso, la excepción sería mi ex que comenzó a sentir cosas olvidadas cuando aún estaba conmigo, pero eso es otra nota que quizás escriba otro día)

…quizás siempre lo recordé, siempre extrañe esa sonrisa pícara que me encantaba y esa mirada extraña y penetrante que de niña me cautivó. Sé que es muy complicado que volvamos a hablarnos de la misma manera que lo hacíamos años atrás, aunque no descarto la posibilidad, pues uno nunca sabe, quizás tanto deambular sola por esta ciudad algún día me lo encuentre... y espero para la próxima ir más atenta para poder acercarme y saludarlo como la gente.


Ahora, ¿por qué ahora me siento como en aquel entonces? ¡Es estúpido!

1 cosillas:

Lilyth on 11 de mayo de 2009, 16:29 dijo...

Se que no tiene relación, pero tu post me ha recordado una película llamada "manual de amor" una de estas pelis de domingo que si te tocan la vena sensible te parecen la verdad irrefutable pero si no, es una peli mas jajaja en fin, te decía, en una parte de la película el protagonista de esa historia le dice que las mujeres tienden a buscar a los ex para superar un desamor, en lugar de mirar adelante y encontrar nuevas oportunidades... siempre me ha parecido una pregunta interesante.

Besitos

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